Un compás está formado por dos varillas unidas en uno de sus extremos por un elemento móvil que permite que estas se abran o se cierren. Una de las varillas termina en una punta fina metálica, esta es usada para fijar el compás en el papel. La otra varilla termina generalmente en un grafito de lápiz que permite marcar sobre el papel o en su defecto con alguna abertura para poder colocar una pluma e incluso colores.
La abertura del compás determinará el tamaño del círculo y para trazarlo procedemos de la siguiente manera:
- Definimos la longitud del radio: por ejemplo 2 cm y abrimos el compás con esta medida.
- Ubicamos el punto que será el centro de la circunferencia.
- Situamos la punta fina metálica en este punto, haciendo una ligera presión para fijar.
- Damos la vuelta completa al compás para que la punta de grafito trace la circunferencia.