A fin de garantizar un feliz y saludable regreso a clases a niños
y jóvenes, los expertos recomiendan medidas que coadyuvan a prevenir
enfermedades, en el presente y en el futuro, tales como obesidad, deshidratación,
problemas ortopédicos e incluso hasta cáncer de piel.
Para comenzar bien el día, antes de acudir a la escuela es
indispensable que toda la familia, particularmente los niños, tomen un desayuno
completo, ya que es una de las comidas más importantes del día que aporta 25%
de la energía total para la jornada.
Se deben dedicar entre diez minutos y media hora para el desayuno, el cual debe
aportar nutrimentos, como hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas y
minerales. Un desayuno correcto incluye un lácteo como yogur, leche o cualquier
otro derivado como el queso, pues aporta calcio, imprescindible para la
formación y crecimiento de los huesos; un cereal, que puede ser pan, galletas o
cereales integrales, ricos en vitaminas y minerales, así como una buena fuente
de fibra; y una fruta fresca o jugo, cuya ración no sea mayor a un vaso pequeño.
Si los niños desayunan diario, mejoran la capacidad de atención en clases, el
estado de salud general, la capacidad de compresión de la lectura y el
rendimiento escolar, así como su comportamiento. En caso contrario, conlleva a
hipoglucemia (baja de azúcar), que interfiere en la capacidad de atención,
concentración y memoria.
Además del desayuno, se debe enviar un lunch saludable. Al momento de
prepararlo, los padres deben seleccionar los alimentos más adecuados, según su
edad y estado físico de salud, así como prevenir comprar todo tipo de
golosinas.